Post de Generación Y, 12 de Abril de 2012 (extracto):
Incluso en calles sin asfaltar sobresalen estas viviendas retocadas con esfuerzo propio y pesos convertibles. Minúsculos palacetes con pretensiones de grandeza saltan de pronto ante nuestra vista. Nos dejan entre sorprendidos y optimistas al encontrarlos en medio de los vericuetos de El Platanito, La Timba, Zamora, el Romerillo y otros barrios insalubres. Colindan con el basurero desbordado o la fosa albañal que destila calzada abajo, pero en sí mismas estas “casitas de muñecas” son como burbujas de bienestar. Tienen esas ínfulas que se expresan en detalles rocambolescos como columnas en forma de troncos de árboles o enanitos de barro a la entrada de la verja. Recargadas la mar de veces, arquitectónicamente ridículas otras tantas, estas imitaciones de castillos hablan de un deseo pujante de habitar un espacio hermoso, personalizado.
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